El miedo a como pensaran nuestros hijos de nuestra nueva relación en el caso de personas que se hayan divorciado y que han tomado la decisión de rehacer su vida amorosa siempre nos preocupa, no sabemos como tomaran ellos a esta nueva persona en sus vidas y que por lo singular la ven como la madrastra de cenicienta, una persona mala que le hará su vida imposible, es aquí donde el padre o madre debe intervenir haciéndolo entender al niño(a) que eso es solo una fantasía y que en la vida real es totalmente diferente.

Para ello debemos conversar mucho con nuestros hijos, hacerles entender de nuestros deseo de formar una nueva familia, debatir y preguntarles que les parece esta nueva idea, además debemos remarcarles nuestro amor por ellos y que este deseo en nada cambiara nuestro afecto hacia ellos, debemos ir incluyendo a la persona de a poco en nuestras conversaciones, mencionarles sus cualidades, luego vendrá la presentación en persona esta debe ser breve y se cree que lo mas conveniente es que sea en una actividad donde el niño(a) este cómodo explicarle al menor que es una amistad, por lo pronto la idea es que se vaya formando una rutina en donde la otra persona y el niño puedan ir adaptando uno al otro, así luego llegara la presentación formal, en donde ya existe un lazo de amistad entre ambos y el menor podrá entender que su madre o padre esta feliz.

También debemos hacerle comprende que no deben sentirse culpables por el hecho de que acepten a esta persona están traicionando a su progenitor, es una nueva adaptación que el niño tiene que aprender poco a poco. Si se desea ver luego una convivencia se debe poner las reglas necesarias y actuar con normas para evitar la incomodidad del niño, solo se da este caso cuando realmente se tiene por seguro que la persona es la adecuada y que es la que estará en su futuro y vida, para evitar al menor cambios bruscos que lo afectarían.