Toda comparación entre hermanos es inoportuna y cuando se repite de manera constante, hace daño y baja la autoestima del hijo al sentirse comparado con alguno de sus hermanos que a vista de sus padres tienen mejores cualidades.
Los padres deben tener mucho cuidado con el trato a sus hijos y evitar mostrar preferencia por alguno de ellos y menos hacer comparaciones entre hermanos, poniendo al hijo preferido como ejemplo a seguir.
Cada hijo tiene sus cualidades, virtudes y defectos, es importante aceptarlos tal como son, cada uno tiene su propia valía personal y se debe orientarle para desarrollar sus propias habilidades.
Es posible que los padres sientan afinidad en cuanto a gustos y aficiones con alguno de sus hijos, pero no debe transformarse en preferencia y menos hacer comparaciones inútiles que no llevarán a nada positivo.
En ocasiones los padres se enfrentan a la realidad de tener hijos completamente distintos en todo sentido, uno es mas estudioso y responsable y el otro todo lo contrario, entonces suelen cometer el error de poner al hijo responsable como ejemplo a seguir y no valoran las cosas positivas del otro hijo, esto le limita a desarrollarse y puede sentir rencor por sus padres y sobre todo por el hermano preferido.
Los padres sin darse cuenta, dañan la salud emocional del hijo que se siente rechazado porque siente que no es querido y aceptado. Pero el daño emocional alcanza también al hijo preferido, porque le crearán la falsa idea que es superior y puede llegar a tener conflictos en los grupos sociales a los que pertenece.
Para que la armonía del hogar no se vea interrumpida, los padres deben tratar de igual forma a sus hijos, darles las mismas responsabilidades y atenciones que ambos necesitan, de esta forma mostrara que respetan a sus hijos y fomentarán el respeto entre ellos.
Las consecuencias de hacer comparaciones entre hijos son:
- Baja autoestima.
- Inseguridad para lograr objetivos.
- Rivalidad entre hermanos.
- En ocasiones separación familiar.
- El hijo rechazado tendrá resentimientos toda la vida.
Los padres deben comprender que todos sus hijos son valiosos, cada uno tiene un mundo interior maravilloso, sus virtudes y debilidades. Son estas últimas las que debemos fortalecer para que ellos se sientan seguros y tengan una mejor actitud ante la vida.
En las manos de los padres puede estar la felicidad de sus hijos, empecemos por amarlos y entenderlos por igual.
contacto - datos identificativos - aviso legal - publicidad