El primer molar secundario sale al lado del segundo molar primario y suele salir alrededor de lo 5 o 6 años de edad, luego apróximadamente un año más tarde los dientes primarios son sustituidos, poco a poco, por los secundarios.

La llegada de los nuevos dientes secundarios, exceptuando de primarios molares, que se colocan a continuación de los dientes de leche, ocurre después de la correspondiente caída del diente primario.

Al pasar el tiempo, el diente cae solo, pero si le molesta al niño y quiere acelerar su caída, se puede quitar. Para ello utilizaremos una gasa, cogeremos el diente y tiraremos de él con un movimiento fuerte.

Tras la caída, es recomendable que el niño se enjuague la boca con agua fría. Si sigue sangrando se le taponará la zona con una gasa esterilizada por un rato más.

Algunas veces el nuevo diente ya puede verse, mientras que a veces tarda algunos meses en salir.

Puede ocurrir que el nuevo diente salga en segunda fila, detrás del primario. Si este cae al cabo de poco tiempo, el permanente adoptará espontáneamente la posición correcta.

Como proteger los dientes

Ante todo, es necesario que los dientes no tengan caries.

El principal responsable de la caries es el azúcar granulada, en caramelos, en bollos, galletas,etc., o bebidas dulces o zumos de frutas envasados.

Las bacterias contenidas en la placa dental pueden producir determinadas sustancias ácidas, que están en condiciones de corroer el esmalte del diente y formar pequeños agujeros oscuros, que son las caries.

Cuando el diente cariado no se trata, poco a poco la cavidad se agranda, adquiere profundidad y produce dolor, además de provocar una progresiva destrucción del diente.
En conclusión se debe limitar el consumo de caramelos y de productos azucarados. Es mejor dar al niño dulces de vez en cuando, y dárselo después de las comidas principales, ya que el cepillado eliminará el azúcar que haya quedado adherido a las piezas dentales.