Según una investigación realizada por la Universidad de Michigan (UM) en EE.UU., los niños que tuvieron madres depresivas presentan problemas para dormir tranquilamente en la noche, se despiertan a menudo y descansan por la tarde.

A pesar de que la depresión puede transmitirse a los hijos, esto no quiere decir que ellos tengan que cargar con esta enfermedad, declaró un miembro del equipo del Laboratorio de Sueño de la UM, Roseanne Armitage.

Armitage también manifestó que aunque los niños recién nacidos no tengan padres depresivos, es muy importante cuidar y velar porque estos tengan un buen sueño.

De acuerdo a este nuevo estudio, los seis primeros meses de vida del bebé son fundamentales para establecer patrones y ritmos de sueño y vigilia, lo que les permitirá tener una vida saludable en el futuro.

Por eso, las familias con antecedentes de depresión, deben poner un especial cuidado para crear un ambiente favorable que estimule el sueño en los infantes.

Los bebés que tienen dos meses de nacidos necesitan dormir entre 11 y 18 horas, los que cumplen diez meses requieren entre 11 y 15 horas de sueño, mientras que los niños de un año o más van a exigir entre 12 y 14 horas.

Cabe destacar, que es muy importante mantener un horario regular a la hora de dormir, no sólo lo necesitan los bebés, también los niños y los adultos para que no sufran problemas de insomnio. Además, la depresión en las personas está asociada a las dificultades para dormir.